sábado, 28 de marzo de 2009

Prometer... Prometer... Prometer...

Es increíble como a la gente la engañan y el mismo piño de animales premia el ardid votando por los mismos.

En todo caso, para serles franco, a mi ya no me impresiona para nada. Sin embargo, es bueno hacer ayuda memoria… a ver si es que la manga de idiotas se da cuenta de cómo les pintan la cara de payasos.

Durante la primera mitad de 1990 se prometió a los cuatro vientos que la restricción vehicular nunca consideraría autos con convertidor catalítico. Se planteó como razón de fondo el que era importante que la gente renovara sus autos.

Obviamente, no eran precisamente los ricos los que tendrían que hacer el esfuerzo mayor… los autos mas rezagados obviamente eran de la clase media mas complicada que hizo un esfuerzo feroz por cambiar sus autos y modernizarlos…

Hoy que eso ha ocurrido… les dicen… perdón… efectivamente lo que hicieron no sirve de nada y van a tener restricción igual… y perdonen por vérselas de colores.

Engaño soberano… perjudicando medio a medio a la clase media.

¿Por qué ahora tendría que creerles?... ¿por qué si no cumplieron sus promesas del periodo anterior tendría que cumplirlas hoy día?

En verdad, no hay ninguna respuesta razonable para estas preguntas… excepto una… que no es necesario responderlas porque efectivamente vivimos en un país donde el 51% es idiota completo… y con eso basta y sobra.
Como dice el dicho... "Prometer, Prometer, Prometer Hasta Antes de M... Una Vez M... Nada Prometido".

2 comentarios:

  1. Nunca faltan argumentos para "deshacer" las promesas.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Esteban:

    Pienso lo mismo que usted... en efecto... para quien no tiene honor ninguna promesa es sostenible en el tiempo y por cierto, argumentos para olvidarla habrán de sobrarles.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Diga lo que quiera...